Rosa Molina: El «romance» de una española enamorada del tango
Fue a mediados del 2000 cuando en Madrid Rosa María Molina López -menor de tres hermanos- tomó sus primeros contactos en solitario con el tango, arropada por la pareja de profesores argentinos Leo y Eugenia. En 2001 la Comunidad de Madrid organizó el I Concurso de Tango, alzándose con el primer premio. Después saltó al World Festival en Buenos Aires, quedando segunda. En 2007 junto a Pedro, su pareja, adquirió un apartamento en Buenos Aires. Desde entonces, no ha dejado de viajar año tras año a la capital porteña, por el simple placer de bailar tango con los mejores del mundo.
Primer premio del certamén organizado por la Comunidad de Madrid
“Pero, no fue una empresa fácil -aseguró Rosa a Voces del Desierto- porque existía un auténtico pedigrí argentino. Para aceptar a españoles, éstos tenían que demostrar su vocación por este baile”.
Tras tres años en “soledad” Rosa logró animar a Pedro -su pareja- (padres de una hija), y con mucha tenacidad y constancia, cada año sus cuerpos y mentes fueron cobrando forma tanguera y dominando cada vez más los difíciles pasos de esta danza. Ensayaban en la madrileña sala Milonga Cats, donde pronto comenzaron a despuntar.
En 2001 se celebró el Concurso de Tango Comunidad de Madrid, y ni corta ni perezosa Rosa decidió apuntarse. La coreografía, diseñada a partir del abrazo de la pareja, es sumamente sensual y compleja. Fue su primera gran demostración pública sobre su pasión por esta danza porteña rioplatense, obteniendo el primer premio.
Tres exhibiciones de Tango en el Múseo de América
Con el entusiasmo de este galardón, su vocación continúo en aumento. Durante 2004 y 2005 su entusiasmo llevó a Rosa -junto a Pedro- a mostrar esta expresión artística latina en el Museo de América. Acompañados por un grupo de tango (bandoneón, piano, flauta y violín), realizaron tres actuaciones -con una amplia cobertura informativa- que hicieron las delicias de todos los asistentes.
En 2005 su participación fue con motivo de la Feria Arco donde varias televisiones: Antena-3, Tele-Madrid, etc… emitieron sus sensuales imágenes, bailando con su pareja al ritmo de los acordes del bandoneonísta Efraín Scheinfeld.
Con estos antecedentes, a los que sumaban una pertinaz constancia y dedicación, en 2004, los responsables de Milonga Cats, donde dieron sus primeros pasos, consideraban a Rosa y Pedro, prácticamente “hijos adoptivos” suyos.
Pero el TANGO con mayúsculas estaba en Argentina y en menor medida en Uruguay. Apareció durante la segunda mitad del siglo XIX en las ciudades portuarias del Río de la Plata y sus principales zonas de influencia socio-cultural, dentro de las grandes oleadas migratorias llegadas a Buenos Aires, Montevideo, y en menor medida Rosario. Y con casi todos los conocimientos adquiridos en España el siguiente objetivo de Rosa estaba en cruzar al otro lado del charco para encontrarse con los mejores bailarines de tango del mundo.
En Buenos Aires contra los mejores del mundo: los segundos
Ni corta ni perezosa, en 2004 animó a su pareja a hacer las maletas, realizando su primer viaje a la tierra de Jorge Luis Borges. La experiencia fue un éxito, y un año después volvieron a saltar el charco, arribando en la capital porteña. El motivo fue la celebración del Word Festival, un encuentro internacional de bailarines celebrado anualmente en Buenos Aires.
“Participamos en todas sus actividades. Dimos clases -aseguró Rosa a Voces del Desierto- con los mejores bailarines, Juan Carlos Copes, Eduardo/Gloria Arquimbao, Esteban Moreno/Claudia Códega, Jorge Firpo/Aurora Lubiz y Damián García/Carolina Buenaventura. Nos presentamos al certamen de tango incluido en la programación de este evento ¡y quedamos los segundos!”.
Fue a raíz de ese galardón, cuando la Agencia Reuters (internacional) les solicitó la grabación de una pieza de tango que fue distribuida y emitida en numerosas televisiones de todo el mundo. De este modo, la fama de Rosa y Pedro, trascendió sus fronteras y comenzaron a ser considerados como una de las mejores parejas españolas de tango.
Posteriormente, la pareja ha paseado su arte por numerosas salas madrileñas (Clamores -una de las más emblemáticas- donde en el año 2006 pusieron su espectacular broche de oro, dentro de su “Ciclo de Música Americana”) y españolas, cosechando rotundos éxitos.
Pasión, perfección y permanente reciclaje en la Universidad del Tango
También, durante ese ejercicio y el siguiente (2006 y 2007) ambos recibieron clases avanzadas con el bailarín y profesor de la Universidad del Tango y Director Artístico Rodolfo Dinzel. Ya eran muy buenos, pero deseaban ser mejores. Fue uno de los principales motivos, que les llevó durante ese último ejercicio a adoptar la decisión de adquirir un apartamento en la capital porteña.
Durante 2008 decidieron continuar su formación con la pareja de profesores Jorge Dispari/La Turca, considerados entre los mejores del mundo, en cuyas clases se integraron como una de las parejas españolas más prometedoras en el marco artístico del tango fuera de sus fronteras. Aunque no han logrado que su hija siga sus pasos, Rosa y Pedro, ya se han familiarizado con las aguas del Atlántico y anualmente pasan el charco, soñando durante la travesía en convertirse “en unos grandes profesionales de esta disciplina artística”.
Actualmente, Rosa Molina pertenece a la Junta Directiva de la Asociación Madrileña de Amigos del Tango, editora de la Revista Tangoneon -desde cuyo equipo de redacción- trabaja intentando dando a conocer e impulsando cualquier evento que se celebre en nuestro país.
De este modo, todos los años, tan peculiar pareja de españoles esperan expectantes sus vacaciones estivales para viajar a Buenos Aires. “Con ganas de aprender y tener un lugar tanguero en nuestros corazones para que nos llegaran a ver los argentinos como híbridos español/argentino del tango y lograr nuestros objetivos en esa música”, aseguró Rosa a Voces del Desierto. Actualmente, nuestra “formación” la adquirimos principalmente en Buenos Aires. De este modo, tenemos la opción anual de adentrarnos dentro de las principales vanguardias artísticas del tango, e innovar nuestras coreografías todo cuanto podemos”.
Aunque, según confesó a Voces del Desierto la bailarina: “no podemos decir que el tango nos haya proporcionado satisfacciones económicas porque no hemos dedicado el 100% a ello, pero dentro de la parcela que Pedro y yo hemos asumido, nos considerarnos involucrados dentro del mundo tanguero en más del 50% de nuestras vidas”.