Pero… ¿De quién es la patente de la vacuna antimalaria RTS/S, que potencia la AECID?
El pasado 25 de abril se celebró el día internacional contra la malaria. Una fecha en la que se habló poco de vacunas, y bastante más de prevención de las picaduras del mosquito anofeles hembra mediante toldillos impregnados con insecticidas. Un investigador español: el epidemiólogo del Clinic, actual Director del CRESIB en Barcelona y Premio Príncipe de Asturias de Cooperación, tras abandonar la línea de la Spf66 sintética del colombiano Patarroyo -con quien trabajó durante cinco años- coordina los estudios que todavía se están llevando a cabo con el prototipo RTS/S en el Centro de Salud Internacional de Manhiça (Mozambique) dependiente de la Agencia Española de Cooperación Internacional y para el Desarrollo (AECID).
Las informaciones sobre este preparado recombinante, siempre han sido muy confusas, interesadas y sesgadas. Aunque Voces del Desierto desvelará minuciosamente en próximos trabajos, la verdadera historia de la lucha por una vacuna contra la malaria, hoy avanzamos -sin emitir juicios de valor, que dejamos para más adelante- algunos de los diferentes estamentos involucrados en ella.
Un producto en cuyas investigaciones la AECID ha invertido -y continúa haciéndolo- una sustancial proporción de su patrimonio anual destinado a cooperación para el desarrollo.
Una vacuna de nacionalidad norteamericana
* New York University.- La historia comienza a finales de los años 70 con el hallazgo del gen CSP y posterior desarrollo de la proteína tras cuarenta secuencias repetidas de aminoácidos. Los derechos sobre ella pertenecen a la institución neoyorquina y los doctores Ruth y Víctor Nussenzweig, responsables de su descubrimiento.
El primer gen identificado y clonado de plasmodium falciparum (variedad más letal de las cinco manifestaciones palúdicas existentes) fue el de la CSP (circunsporozoito plasmodium).
Las proteínas CS de todas las especies de Plasmodium están formadas por un segmento central compuesto por secuencias repetidas de aminoácidos específicos de especie flanqueados por regiones variables. En el caso del plasmodium falciparum, la porción central de cada proteína contiene una secuencia de aminoácidos repetida 40 veces.
* Walter Reed Army Institute Research (WRAIR).- A mediados de los 80, con esta proteína, la Universidad de Maryland y el WRAIR desarrollaron dos vacunas basadas en la región constante de la CSP.
Solo una fue considerada por los científicos de la US ARMY altamente protectora e inmunogénica. Una tercera formulación falló. El producto resultante se llamó RTS indicando la presencia de la región constante de CSP (R), los epítopos de células T (T) y el antígeno de superficie de la hepatitis B (S).
Para producir la vacuna era necesaria la co-expresión y purificación de antígeno adicional en una relación de RTS:S de 1:4, por eso se llamó RTS,S. El propietario de esta patente es el ejército de EEUU.
Dos laboratorios europeos ubicados en Belgica y Holanda
* Glaxo Smith Klaine (GSK Biologicals).- En 1984, en colaboración con el WRAIR, los laboratorios GSK fueron pioneros en utilizar el antígeno de superficie de la hepatitis B como carrier de la región constante de la CSP del plasmodium falciparum.
La multinacional farmacéutica ha trabajado durante más de veinte años estrechamente con el grupo científico del ejército norteamericano, siendo propietaria de todas las formulaciones de los diferentes coadyuvantes usados en el producto: ASO1A, ASO2B, etc… Una de sus principales sucursales esta situada en Rixensart (Bélgica).
* Crucell Advac Tecnologies.- Multinacional farmacéutica radicada en Leiden (Holanda). Es la propietaria de los derechos del adenovirus 35, un potenciador usado con el producto recombinante para la multiplicación de sus anticuerpos.
Aunque todos estos estamentos comparten derechos sobre componentes de la RTS,S su titularidad pertenece al ejército de EEUU.
Inicialmente, su desarrollo formaba parte de un programa militar “secreto” iniciado a principios de los 80, destinado a obtener una vacuna susceptible de inmunizar a soldados norteamericanos desplazados en zonas tropicales.
Posteriormente -tras fracasar las inversiones en otras dos vacunas financiadas por la AID norteamericana- fue publicitado, mediante los acuerdos firmados entre la Roll Back Malaria (RBM) y la Malaria Vaccine Iniative (MVI) de la Fundación Bill y Melinda Gates confiriéndole un cariz civil, tras pactar “aislar” internacionalmente al colombiano Patarroyo por no haber cedido a sus pretensiones de venderles su patente.
Hemos encontrado un link que avala nuestras aportaciones, donde nuestros lectores encontraran otros aportes relacionados con la RTS/S y las alianzas científicas existentes en torno a este preparado contra la malaria. (www.noticiasholanda.com/2010/04/07/crucell-y-glaxo-firman-acuerdo-para-desarrollar-vacuna-malaria)